No soy mercancía y, menos, producto de mercadillo. Soy mujer. Todo eso soy, mujer. ¿Y tú? ¿Qué eres tú, que te empeñas en hacerme de menos? ¿Un hombre? ¿Eso crees?
Soy mujer. Distinta a las otras, mi propia y única imagen de mí misma. Lo mejor que tengo se hace invisible a pobres miradas como la tuya. Tú sigues empeñado en exhibirme, en querer de mí lo que no puedo darte… porque me perdería a mí misma.
Soy mujer, de las de verdad y no de esas que a ti te gustaría. Todo eso soy.
– ¡Hola! ¿Qué tal? Hoy bajáis más tarde…
– He tenido un día fatal en el curro. Y luego el atasco. Este pobre arañaba la puerta, cuando llegué…
– Ja, ja, ja… Bueno, al menos estáis aquí. La mía no sabía con quién jugar…
– La verdad es que se llevan bien eh… Da gusto verlos…
Trago saliva y vuelvo a ser incapaz de decirte que eres lo mejor que Madrid me ofrece. Eres el motivo. Mi motivo. Tal vez mañana te lo cuente…
Tengo ganas de volver. Cada día más. Tengo ganas de volver.
Tengo ganas de escuchar las gaviotas. Tengo ganas de ir a misa a S. Jorge. Tengo ganas de tomarme un chocolate con churros con mamá. Tengo ganas de pasarme la noche hablando de la vida con mi amiga del alma. Tengo ganas de pasear de adulto lo que paseé de niño. Tengo ganas de tomarme una tapa a la sombra de María Pita. Tengo ganas de andar los pasillos de mi cole y saborear cada recuerdo, cada rincón. Tengo ganas de ser coruñés en Coruña, de nuevo. Tengo ganas de llorar y que mis lágrimas rompan con las olas del Atlántico. Tengo ganas de celebrar el sol y maldecir la niebla.
De mi padre aprendí a mirar arriba, con la cabeza alta, llevando la mirada a tejados, balcones, nubes, cielos, gárgolas, rostros…
Cuando uno se acostumbra a vivir mirando abajo… el mundo es tan triste, el paisaje tan desesperanzador. Todo se torna impersonal, gris, indefinido; uno se siente pequeño, uno más, incapaz de cambiar nada.
Por eso, empieza por levantar la cabeza. Sacude el peso que te oprime, no es real. Y mira más allá, alarga tu mirada, encuéntrate con la belleza colorista y caprichosa de un mundo que te llama, de un mundo que te espera.