Sabía que la lluvia nos traería problemas
– ¡Papáááááá! Tú me prometiste que esta tarde iríamos a la feria…
– Lo sé hijo pero está todo mojado, ha llovido y los caballitos están cerrados.
– Pero tú me lo dijiste…– A veces los planes cambian hijo. Hay cosas que no dependen de uno…– Yo pensaba que los padres lo podíais todo… ¡vaya rollo! ¡Maaamááááááá!…
Los hijos tienen a los padres como sus superhéroes con poderes para solucionarlo todo, pero a las mamás las tienen como salvavidas, a ellas se agarran incluso cuando sus súper papas no pueden darles solución, ellas siempre están al pie del cañón para sacarnos de los apuros de una forma u otra.
Sino, ahí esta Maria, siempre al margen de Jesús, pero a la vez siendo su sombra y su soporte, guardando todo en su corazón mientras sufría por el….
A veces las desilusiones son «puertas» para aprender parte de la vida. TODO no se puede. Hay momentos en que no se puede, y las personas,a veces, no pueden darnos lo que pensábamos que sí podían y habían prometido.
Y como madre ya constato, con hijas casi adolescentes, que NO PUEDO cubrir todas sus expectativas -y me lo hacen saber-, que los planes cambian, que no depende todo de uno. Y que está bien que así sea.
Yo habría ido a la feria, y habría llegado hasta los cerrados y húmedos caballitos en el más absoluto de los silencios…
Me parece muy interesante ya que se refleja lo egoísta que podemos llegar a ser de críos. Ya que por una simple cosa como no poder ir a la feria porque llueve se lo echemos en cara. Y no nos acordemos que nuestro padre o madre son las personas que mas nos quieren y darían todo por nosotros.