5 Dic 2016 | #NarraLuz Año IV, jotallorente, Santi Casanova
El viento soplaba fuerte. El hablar de las gaviotas mantenía mi mente distante, como en una habitación cerrada al mundo, donde sólo percibes lo que te imaginas. Entonces me cogiste de la mano y el universo enmudeció.
Nunca supe por qué razón permanecí callado. Las palabras burbujeaban en mi cabeza pero no atinaron a encontrar un aliviadero. Mi silencio te aterró. Y huiste. Huiste pensando que ya nada teníamos que decirnos. Te equivocaste. Aquel silencio, humilde y grotesco, era sin embargo el «te quiero» más sincero que nunca había pronunciado.
——————————————————–
The wind was blowing strongly. The chatter of the seagulls kept my mind distant, like inside a room closed to the world, where you only perceive what you imagine. Then you held my hand and the universe fell silent.
I never knew why I stayed in silence. Words were bubbling in my head but they didn’t hit up to find a chute. My silence terrified you. And you ran away. You ran away thinking that we had nothing to tell each other. You got it wrong. That silence, humble and grotesque, was,however the most sincere «I love you» that I had never utter.
29 Jul 2013 | #NarraLuz Año I, jotallorente, Santi Casanova
Silencio y gritos.
Una hoguera rodeada de nieve. Una noche amaneciendo.
Miles de estrellas al mediodía. Un torrente seco de caudal incontrolable.
Libertad presa. Grilletes de humo y polvo.
Fortaleza y debilidad. Complicada sencillez. Normalidad única.
Lo he asumido. Yo soy eso. Todo. La batalla está servida.
14 Ene 2013 | #NarraLuz Año I, jotallorente, Santi Casanova
– No acabo de entender…
– No hay nada que entender. Es parte del misterio…
– ¿Misterio? No te entiendo. No entiendo esa aceptación abnegada de la realidad. El gran drama del mundo acontece cada día y, mientras, Dios observa, como un jubilado más; ahí, apoyado en la valla, en silencio, sin intervenir, dejando que todo suceda sin más. ¡¿Y me dices que es parte del misterio?! Yo no pudo creer en ese Dios inmóvil en el que tú crees.
– Yo no creo en ese Dios que observa del que me hablas. Yo creo más bien en el Dios que espera a que algunos de nosotros alcemos la mirada y vayamos a su encuentro. Yo creo en el Dios de la paciencia inagotable y de la esperanza infinita.