– Cuando te pones así, es que no te entiendo…
– ¿Que yo me pongo así? ¡¿Y tú?! No tienes ni puta idea de lo que necesito…
– ¡Me desvivo por ti y mira cómo me lo pagas!
– ¿Que te desvives? ¡¿Alguna vez me preguntas lo que quiero, lo que siento?! Tú sólo vas a la tuya… A tu fútbol, a tu curro, a tus birras… y luego vienes y yo tengo que estar abierta de piernas ardiendo de deseo… ¡Vete a la mierda!
Sólo se les oía gritar. Una noche más. Una noche sin fin…