«La vida se la juega uno en las decisiones…», me decía mi madre cuando era pequeño, «… sobre todo en las decisiones que uno deja de tomar». Qué razón tenía mi vieja. Me he pasado la vida dejando que todo pasase por delante por miedo a optar, por miedo a apostar, por miedo a salir. Ya no quiero seguir mirando, aterrado, el mundo.

Salgo a pie. Sin mucho equipaje pero con la mirada fija. Sin saber adónde pero con la certeza de que aquí no puedo permanecer ni un minuto más. Seguro de que, en algún sitio, mi vieja se sonríe con orgullo…

Share

portadanarraluzdialogointerior