Share Tuitear– Sólo entré a hacer una foto, te lo juro. Con mis bermudas de guiri y mi sombrero para el sol. Sólo una foto… No comprendo qué pasó…
– ¿Alguien te llamó la atención?
– Oí una voz, la voz de Dios… supongo que era Él. Me hablaba desde la tibia penumbra, deslizándose por los ligeros arcos de la sutileza, a través de los centenarios muros, en aquella oscuridad tan llena de luz… Era como si me estuviera esperando… Como si aquel templo hubiera sido diseñado y construido para ese momento… Algo muy extraño…– ¿Y qué hiciste?– Escuché.