#Narraluz 53

#Narraluz 53

Te miro y tengo que hacer un esfuerzo por reconocerte. El brillo de tu mirada ha hecho la maleta y su paradero es desconocido. Tu piel, suave y blanca, ha envejecido y raspa al tacto. Aquella melena preciosa, envidia de toda la clase cuando íbamos al cole, está teñida de dolor y pecado. Te miro y veo a alguien que quiso jugar y ha terminado la partida apaleada.

Te encontré por fin. Déjame que te abrace. Déjame que bese cada uno de tus pedazos, que acaricie ese pelo como antaño. Es momento de volver a empezar, de reconstruir lo derruido, de sanar lo herido, de recuperar el verde esperanza de tus ojos.

#Narraluz 52

#Narraluz 52

– ¿Me estás escuchando?

Obviamente no. Ni siquiera respondiste. Tu mirada estaba fija en el teléfono y tus dedos bailaban enloquecidos sobre su teclado.

Me levanté y me fui al baño. Lloré. Lloré como nunca lo había hecho. Lloré por nosotros. Lloré por mi. Me sentía tan sola… ¡tan abandonada! Despreciada, empequeñecida, maltratada.

Antes de acostarme, arropé al niño y apreté con fuerza su osito de peluche. Y quise volver a ser niña,.

#Narraluz 51

#Narraluz 51

De mi padre aprendí a mirar arriba, con la cabeza alta, llevando la mirada a tejados, balcones, nubes, cielos, gárgolas, rostros…

Cuando uno se acostumbra a vivir mirando abajo… el mundo es tan triste, el paisaje tan desesperanzador. Todo se torna impersonal, gris, indefinido; uno se siente pequeño, uno más, incapaz de cambiar nada.

Por eso, empieza por levantar la cabeza. Sacude el peso que te oprime, no es real. Y mira más allá, alarga tu mirada, encuéntrate con la belleza colorista y caprichosa de un mundo que te llama, de un mundo que te espera.

Y empezarás a disfrutar.

 

#Narraluz 50

#Narraluz 50

Sed. Eso es lo que provocas en mí. Sed.

Me conoces tan bien que eres capaz de sacarme de la madriguera en la que me escondo cada cierto tiempo. Te acercas y con tu sola mirada, clavada en mis ojos, consigues que mi alma arda en deseos  de beberse el mundo. Sed.

Me rescatas del torbellino donde el mundo me lanza, me liberas de todas las ataduras ficticias que acabo creándome, escuchando a unos y a otros. Tú eres distinta. Una palabra tuya me extirpa del sistema y me hace ser yo, tan sólo yo. Me recreas, como el mar suave que hace nueva la arena que toca.

No sé si eres real o tan sólo una ilusión. ¡Pero existes! ¡Existes sin duda! Y gracias a ti, existo yo.

¿Quieres participar en el #Narraluz 50?