Ella rozaba casi el siglo de vida y desde hace años recorría el mismo camino, de casa a la panadería y de la panadería, al mayor trozo de su corazón. Él, cada mañana, apurado como siempre por la hora, recogía todo y con los nervios de un niño esperaba esa llamada para desayunar. Toc, toc, toc… Buenos días mamá.

Foto: Pedro Hernández. Texto: Javier Llorente

———-

She grazed almost a life ´s half century and from years ago goes across the same road, from her house to the bakery, to her heart´s biggest piece. He, every morning, hurried like always for the time, picked up all and like a child nerves who wait this call to have breakfast. Toc, toc, toc. Good mornig mom.

    facebook